viernes, 14 de diciembre de 2012

MISERIA

Paqui Castillo

Miré mis manos vacías

y vi tu ausencia.

Sentí un vértigo,

un aciago pálpito.

Memorias nocturnas

acabando allende

donde comienza el día.

Y melancolía, caracolas

y barcazas, cielos

como copas de oro

ensortijado Helios

en brazos del sueño.

Horror con el crevar de albores:

miré mis manos vacías y vi tu ausencia.

Tu abrazo, antes cálido reducto

ahora tan frío,

vacío fuego, como fragua

helada por la guerra.

Esperanzas marchitas

sofocadas tras la puerta,

un vestido de novia

coronado de blancos racimos

corrompen los gusanos.

¡Y mis manos vacías,

y tu ausencia!

Morías

para permanecer en mi recuerdo

como mentira y como nunca,

apócope de nada.

Respirar, si puedo,

aunque me cueste

penas por llanto labriego

en rebeldía, ordalía

y espanto,

¡y mis manos vacías

y tu ausencia!

Procaz putrefacción

en ellas vía, miseria

en mis manos vacías,

yertas.

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