domingo, 30 de octubre de 2011

NOCTURNO

Un microrrelato de Paqui Castillo Martín
mariquinaramos.blogspot.com


Estaba borracho, ahíto de mujeres y de noche. Llovía intensamente, y en el campo iluminado por la mala luz de un farol herrumbroso, mis pies mordían el barro azul y sucio, esperma primigenio moldeado por mis dioses y mis demonios. Silencio. Agua palpitante tamborileando sobre mi rostro demacrado. Viento que traía esencias de olores olvidados y ráfagas de melodías aún no inventadas. Yo giraba, mientras el mundo, detenido, me acusaba de mi desnudez, de mis pecados de hombre solo y triste.
La lluvia arreciaba sin piedad, anegando el campo, convirtiendo los charcos en regatos y los regatos en ríos cuyo fangoso lecho arrastraba mi esperanza y convertía mi lucha en mansedumbre. Quería gritar, rebelarme contra mi hacedor con todas las fuerzas que aún restaban en mi ser. Pero sólo el canto del búho acompañaba con su eco gutural mis pensamientos.
Estaba al borde del abismo y seguía lloviendo. El terror inundaba mis venas como un veneno salvaje. Temblaba bajo el poder de la naturaleza conjurada contra mi empeño de continuar latiendo. Ardía de frío.
Con las primeras luces del alba regresé a la vida. Antes de abandonar aquel páramo yerto, eché hacia atrás la vista y mi mirada se posó largo tiempo sobre el frágil esqueleto de un roble zaherido por el rayo en la tormenta. Y, por una breve fracción de segundo, la noche volvió a cernirse sobre mí como una maldición espuria y eterna.
Amanecía, sin embargo.

2 comentarios:

  1. Corto pero intenso. Me ha impactado el final. ¡Qué bueno!

    ResponderEliminar
  2. Gracias! Era un ejercicio de la clase de Creación Literaria, del Máster.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Buscar este blog