lunes, 5 de septiembre de 2011

YAGO


Un microrrelato de Paqui Castillo
Una vez volé. Fue en sus ojos color dulce de leche, Argentina titilando en su pupila joven y trémula. Trémula de amor y de besos que, en la oscuridad, nos dimos como niños intercambiando presentes en su fiesta de cumpleaños. Como el dulce de leche de las chocolaterías del Mar del Plata era dulce, dulce su voz y dulce la mordida de sus dientes en mi cuello aún virgen. Y era, en la explanada, un recuerdo aún antes de desaparecer para siempre, su dulce voz dormida y la marca de la mordida de sus dientes, mórbida, aún visible en mi piel transparente, como una huella de su amor de beso especiado, con sabor a dulce de leche.
A veces, de noche, cuando todos duermen, regresa para pasearme por el cielo inmenso, estrellado, de sus pupilas.

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