Por Paqui Castillo Martín
Tú
fenecías
lentamente
entre mis dedos,
y
las manos construían
ruido
de palomas,
tórtolas
subían
por
el otero,
mientras
tú fenecías
lentamente
entre mis dedos.
Fue
un falso clamor,
un
decir ‘mañana será’
y
un volver la espalda
al
mañana y al dicho.
Tórtola
en su nicho,
nido
que fueron tus manos
construyendo
paraísos en sombras,
prometida
felicidad
nunca
cumplida.
Mentiras,
medias verdades,
ojos
solitarios, vacíos
que
parecieron mansos,
arrasados
de vida,
de savia agostados
sorbidos, desaboridos,
como labios besados por
labios
fríos
como el mármol congelado.
Mientras
tú fenecías
lentamente
entre mis dedos
rugías,
ardiente invierno.
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