miércoles, 12 de septiembre de 2012

EN LA PLAZA SOLITARIA


EN LA PLAZA SOLITARIA

Paqui Castillo


¡Ojos!

Furia de caracolas

y despojos.

¡ojos que os vieron,

malditos!

¡Malditos los ojos

que enamoraron

a quienes quisieron

quererlos,

sin amarlos!

Ojos que observan

y circundan

rojos

pozos de ira,

desamor o incertidumbre,

podredumbre y mentira!

Aquí tenéis, ojos,

el precio de mis consuelos,

la sangre de mis manos,

el tacto de mis senos,

desorbitados,

desmesurados,

locos,

¡ojos!

Que os vieron

y me vieron

y aun negaron:

la nada se quema entre mis dedos.

Y si hay un dios

hay ojos

y si hay ojos

dentro me vieron

auscultar el vacío,

el tórrido enero

de la siesta a mi catre,

de mi catre a mi cárcel,

de mi cárcel a sus años

y mis daños, nuestros

silencios y el suyo

culpable, ojos

que negaron lo innegable.



De su irisada pupila

jamás se desprendió

la luz

y en su retina, cruz,

una imagen

icono de madona

o pleonasmo

de carne tardía

en florecer a su tacto.

¡Ojos!

Borrachos, ciegos,

lento clamor inmundo,

levantar por testigos quiero,

ahora que huís, cerco al

enemigo.

En vuestro corazón no haya paz; os digo

con la espuma del odio en mi boca:,

mi engaño fuisteis,

ojos que os vieron,

ojos míos, niños

de mis ojos,

reproches, enojos;

dejad mi humor fiero

volcarse como perro rabioso

entre las brasas,

ojos que os vieron,

por cobardes os quiero

sin más luz

que la del día,

sin más calor

que el que encendían,

plaza solitaria,

vuestros ojos.

Amores, despojos...


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